Un lápiz se tiró a un pozo íbooom! Escribió versos cortitos ítoc! Con suspiros de mosquitos jzummm! ¿Qué más fue lo que escribió? Estos poemas son para ser mirados, escuchados, leídos, cantados, seguidos con el dedo, repetidos, guardados como un osito de trapo, y sacados cada vez que haga falta.